Debutar con un resultado negativo no es agradable... para nada, y para nadie... Mucho menos si la derrota es ante un rival al que, al menos en los papeles, se le podía pelear los tres puntos a domicilio. Pero, la derrota está dentro de las tres posibilidades de resultados que te da el fútbol... y hay que aceptarlo. Lo cual no quiere decir que hay que acostumbrarse a ello.

Y para no hacer de este trago amargo una costumbre lo primero que se debe detectar son las razones de ese resultado. Y en este debut Atlético esgrimió razones más que justificadas, susceptibles de ser tan analizadas como corregidas, a saber:

- Le falta determinar (o en todo caso ajustar) la línea de juego, encontrar el plan A para lastimar al rival. El juego asociado, de salir jugando y con pases al pie y a ras del piso, que tantos beneficios nos diera en el pasado, hoy aparecieron en cuentagotas. Por el contrario se abusó del pelotazo, de la búsqueda aérea para la cabeza de los delanteros que lo único que hace es dividir le disputa y la posición del balón... en las alturas. Con lo que cuesta jugar por abajo la complicamos instalando el juego por encima de nuestras cabezas y la de los rivales.

- La defensa estuvo expeditiva, por momentos firme, pero algunas distracciones le costaron caro: precisamente en el gol. Un saque largo del arquero rival, anticipo ofensivo del 9 rival que de cabeza habilita a "Licha" López (nada menos), su marcador que lo pierde y llega tarde a la cobertura dejando a Marchiori a merced de la sabiduría del ex Racing. Corrigiendo las desatenciones, sumado al sincronismo que dan los partidos, nos harán más fuertes que lo que se pudo ser frente a este limitado Sarmiento.

- En la mitad de la cancha hay mucha prodigalidad, demasiado enjundia en algunos casos, pero al menos hoy se hizo necesario tener quien haga la pausa, que piense; quien genere "profundidad" con un pase al vacío, o proponiendo la pared que "perfora" defensas. En síntesis quien haga jugar a los delanteros y/o carrileros que se proyectaban por los extremos llegando por sorpresa, faceta en la que algo insinuó Garay.

- En ofensiva rescatable tarea de los delanteros, apretando la salida, siendo la primera opción de recuperación, obstruyendo la generación de juego por parte del rival, cuando no bajando para ser parte del armado de juego propio. No está mal, pero, primordialmente, su principal función es otra (aunque no la única): ser los encargados de generar el verdadero peligro, ser los que terminan la jugada con la pelota dentro del marco rival (cuando menos). En este último ítem quedaron en deuda... al menos por ahora.

Como leerán no se hizo mención a situaciones que perjudicaron al equipo como un mal arbitraje, estado del campo de juego o falta de fortuna en algunas circunstancias por el simple hecho de que tales contingencias no estuvieron presentes en la tarde/noche de Junín. Simplemente esta vez los argumentos de Atlético no fueron tan sólidos como para inclinar la balanza a su favor muy a pesar del par de situaciones inmejorables para convertir que dispuso, en cierto modo ya sea por impericia o por mérito del arquero rival.

Será fundamental no engañarnos con la remanida frase que expresa "... esto recién comienza, y hay tiempo para corregir errores...". El tiempo para corregir errores es ¡YA... AHORA...! Para no agregarle a la tarea de mejorar el peso de la falta de tiempo.

Empezamos con el pie izquierdo, cuando lo ideal es hacerlo con el derecho. Solo falta ese "saltito" que nos ayudaba a corregir el paso cuando desfilábamos en la escuela primaria... o en la colimba los que peinan canas.

Ese "pasito" en el fútbol se llama "trabajo semanal" y debe completarse sin apuros (por eso lo imperativo a la hora de marcar los tiempos).

Cumplido esto, el convencimiemto de que los logros después vienen solos... se potencia.